larisacura - HIPNOSIS CLINICA

La hipnosis es de esas cosas tan maravillosas que no puede aceptarse que pueda ser real. De hecho un gran porcentaje de la gente está segura que no es más que una serie de trucos que se hacen para espectáculos teatrales y televisivos, donde el hipnólogo
Y bueno, hay que aceptar que hay mucho de eso… en los espectáculos. Sin embargo, esta técnica resulta ser un poderoso recurso de aplicación médica cuando se practica con profesionalismo.Es tan sencillo hipnotizar –no lleva más de dos semanas aprender a hacerlo- que cualquiera podría preguntarse para qué entonces hay que estudiar una especialidad médica de alrededor de dos años para utilizarla clínicamente. Y la respuesta es que un médico no hace show, practica la medicina. En otras palabras, su actuar tiene una trascendencia que nada tiene que ver con divertir sino con preservar la salud de los enfermos y esto implica una responsabilidad que atañe al involucramiento del paciente con su proceso curativo y a la habilidad del médico para utilizar esta técnica como un recurso terapéutico propicio para resolver los problemas médicos que afronta el paciente.

La hipnosis es un estado alertado que permite un mayor discernimiento mental propiciado a través de una inducción o sugestión, sin que el paciente pierda ni un instante la conciencia.

En este estado el paciente puede aceptar la sugerencia para cambiar sus actitudes, adelgazar, dejar de fumar o drogarse, bloquear el dolor, auto-curarse y más, pero, no obligársele a realizar conductas que no se harían conscientemente.La hipnosis no induce al sueño, aunque las raíces de la palabra así lo infieran, sino un estado voluntario de alerta máxima difícil de lograr fuera de este estado especial. Aunque se cree que quien hipnotiza tiene un cierto poder, esto es absolutamente falso, simplemente domina una técnica que se aprende en postgrados de psicología clínica y psiquiatría. Pero, lo importante no es la técnica, sino las posibilidades casi irreales que se tienen cuando puede sumarse esta capacidad al uso de una terapia médica destinada a curar o cambiar actitudes ante la vida. La hipnosis no es una panacea –un curalotodo- pero resuelve con más rapidez, episodios de la medicina que otras alternativas y sobre todo, es inocua cuando es un especialista quien dirige el tratamiento. Por mucho tiempo lo que se sabía de este tema era lo que veíamos en el cine o en el teatro -personas supuestamente sometidas al “poder” del hipnotizador- pero la realidad es que no existe sumisión alguna; la persona acepta o no las sugerencias que el hipnólogo le da y hace solo lo que haría estando “despierto”. Y en el caso de la hipnosis clínica, también llamada inducción clínica, el paciente colabora con su voluntad e inteligencia para lograr su mejoría o curación o para la desaparición del dolor y jamás lo que va en su detrimento. Hasta este momento la ciencia no se ha puesto de acuerdo en cómo es que se logra que una persona sea puesta en un estado de alerta consciente pero donde aparentemente está inconsciente. Tal vez por lo anterior sea que esta técnica no haya sido aprovechada por todas las áreas médicas que podrían beneficiarse de ella, principalmente, la ginecoobstetricia, la traumatología, la oncología, la cirugía dentalofacial, la otorrinolaringología, la neurología y desde luego la psicología y la psiquiatría, que son las que hasta este momento más la han aprovechado con éxito.No exagero si digo que esta técnica llega a sorprendernos al constatar lo que la mente es capaz de lograr en su propia curación cuando somos capaces de utilizar este recurso ceñidos a un protocolo adaptado a la necesidad individual del paciente.